viernes, 13 de junio de 2008

Blog de Toscalix en castellano

Bueno, hace mucho que no escribo en la desbitácora, al contrario que en la bitácora. Pero no ha sido por falta de trabajo, sino al contrario.

Pero en fin, al grano. He inaugurado la sección de Enlaces (quizá) interesantes (al fondo a la derecha, como el servicio) con la bitácora de un amigo y ex-jefe, Agustín Benito.

Él no es desarrollador, al contrario de lo que podría parecer ya que enlazo su bitácora en castellano (tiene otra en inglés) desde aquí. Es una cosa rara. Yo lo llamaría un intermediador. Busca gente que necesite programas libres, y tiene contacto con gente que hace o gestiona programas libres. Y gana dinero en el proceso. Bien es verdad que no demasiado: en ese plan tuvo una empresa en la que yo trabajaba. Éramos solamente nosotros dos, y la relación tenía una parte de jefe-empleado, obviamente, y otra parte de comercial-técnico. Yo a veces decía que él trabajaba para mí, como comercial de mis soluciones técnicas, y además me pagaba.

Finalmente yo me vine a la Universidad de Valencia a mantener sistemas y acabar de una vez mi doctorado, y él, dado que no se puede mantener una empresa técnica sin un técnico, cerró. Por el camino hicimos varias cosas interesantes, y a veces uno debe pararse y mirar atrás.

En colaboración con otras miniempresas como Neuroomante de Pedro Gracia (Lasarux) desarrollamos una solución de aula LTSP con UML para docencia informática que era un primor. O las soluciones de firma de discos duros que están en esta misma desbitácora. Pero no siempre había clientes, y había que comer todos los meses (él vivía de ello, y yo trabajaba a media jornada), y también nos tocó «pringar» con cuestiones de mantenimiento de sistemas Windows, casi siempre piratas, subcontratados para empresas de nuestro mismo estilo pero un poco más grandes, o instalar cableado.

En esa época aprendí mucho, no sólo como técnico (lo que debo agradecer sobre todo a Lasarux, Kuko y la gente más antigua de Fotón, ustedes saben quienes son, chicos, gracias por todo), sino sobre cómo llevar (y cómo no llevar) una empresa o un proyecto basados en programas libres. Toscalix, a su vez, creo que aprendió de mí algo de filosofía libre (no demasiado, porque interferiría en su trabajo, que es ganar dinero con ello), algo de sistemas, y sobre todo de cómo trabajar con programas libres y montar redes. O al menos eso quiero creer.

Bueno, la etapa ha acabado. Ahora yo, con todo lo que aprendí con él, mantengo ordenadores de cálculo científico en Valencia, y él, con todo lo que aprendió conmigo, trabaja en un proyecto de migración a programas libres en una comarca de Málaga. Y seguimos pensando diferente, y seguimos siendo amigos.

Como nos enseña la mecánica cuántica, quizá nuestros caminos (profesionales) nunca se vuelvan a cruzar, pero habernos cruzado ha alterado nuestras historias para siempre.

No hay comentarios: