viernes, 11 de mayo de 2018

Las cintas no mueren, pero matan.

En la empresa para la que trabajo como administrador de copias de seguridad, Atos, realizamos copias de seguridad en cinta para nuestros clientes, como casi en todas partes. Tanto de clientes enormes como de pequeñas sedes remotas.

En una de estas sedes remotas utilizamos un tipo de cintas que es un estándar empresarial, las Linear Tape-Open Ultrium, si bien de cuarta generación (LTO-4, no es necesario especificar Ultrium ya que nunca se produjeron comercialmente las Accelis), introducidas en 2007, con una capacidad nativa de 800GB.

Y los 800GB son la única medida real del tamaño de la cinta. HP las publicita como cintas de 1,6TB, suponiendo que darán una compresión de 2:1 pero IBM indica realmente que son cintas de 800GB que dan 1,6TB con compresión (suponiendo otra vez 2:1).

Y la realidad es que la capacidad de las cintas depende mucho del tipo de datos que se meta en ellas. Para hacer backups de máquinas completas, con su Sistema Operativo lleno de ficheros binarios, un factor de compresión de 2:1 es excesivamente optimista. En esa sede remota de la que hablo, las cintas de 800GB están cargando entre 970GB y 1020GB (de 1,21:1 a 1,27:1, muy lejos de 2:1), con lo cual los backups completos semanales de 1140GB de esa sede que, según la publicidad, deberían caber en un cartucho, necesitan dos.

Siempre, siempre, un administrador de backup debe trabajar a partir de datos históricos de compresibilidad, y no fiarse de la versión edulcorada de los fabricantes de los cartuchos.

Los puntos de vista expresados en esta entrada son propios, y no representan necesariamente los puntos de vista de Atos SE, Atos España o ninguna de sus filiales.

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